17 de noviembre de 2011

Policromía

Poco se sabe (Juan Gelman)

Yo no sabía que
no tenerte podía ser dulce como
nombrarte para que vengas aunque
no vengas y no haya sino
tu ausencia tan
dura como el golpe que
me di en la cara pensando en vos


A mí me hicieron con un pincel grueso, de noche, como deben suceder los grafittis prohibidos. Fui rara desde la concepción, un entramado de círculos y triángulos y una cruz "de cabeza", con pintura negra... hasta en eso irreverente.

Me extiendo cada noche sobre las hendijas sucias de la entrada a una librería, tengo frente a mí una parada de buses y una pared muy poco creativa saturada hasta el cansancio de papeles con invitaviones a bares y ofrecimientos de alquileres para estudiantes.

La gente se detiene frente a mí y fografía mis formas y se fotografía con mis formas. Mi tinta es indeleble, de miradas acobardadas, de espejos retrovisores, de despedidas de clases, de combos de hamburguesas con papas y una “pitufa”, de fiestas de cumpleaños, de insultos “cortavenas”, de miedos en braille... por eso nunca nadie se ha atrevido a desdibujarme.

´Pintada con celos y rabias, con ganas y deseos, con abandonos y acumulaciones, con dispersiones y renuncias, para recordar, para revolver, para “matizar”, para ser analizada, nací perversa, rebelde, separada, insomne.

Amanezco todos los días con un candado atado a mi último punto, con un ojo simulado a la izquierda de mi triángulo más grande y un corazón en forma de manzana en el centro de lo que podría ser un semicírculo, el que atravieza la cruz.

Yo soy a un lado de la calle, cómplice, espía, consultora, imaginación, lágrimas y sudores, lluvia con viento, el sonido más terrible de un temblor, acero, cerrado, sombra de luna, casi el final de la esquina, la miseria y la rebeldía, soy el rostro menos deforme.

Yo fui a dibujarme silenciosa, la noche que dejé de ser verso en tus poesías.

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