6 de abril de 2023

Del precio por ser feminista

He renunciado a amores, a espacios, a recuerdos y a alegrías por creer en lo que creo y por defenderlo y también, amores, espacios, recuerdos y alegrías han renunciado a mí por las mismas razones.

No vengás a disfrazar tu intolerancia con la sonrisa inocente de tu niño, ni defendás tu irrespeto hacia mí mostrándome los bellos ojos de tu hija. No me hagás sentir que estoy mal, solo porque en tu mentalidad cerrada no hay espacio para escuchar otras voces que no sean conservadoras. 

No tenés derecho a culparme porque mi visión de mundo te sugiere que te cuestionés tus privilegios y no me echés en cara la educación de tu hija, no me obligués a mentirle diciéndole que lo mío es muy mío, porque, querida, lo personal es político y te invito a salir a la calle un 8M o un 25N para que veás que lo mío es lo de miles de mujeres en Costa Rica y en el mundo.

Pasé una noche completa dándole vuelta en mi cabeza y revolcando el corazón y las tripas para entender por qué soy yo la que tiene que callar frente a tus hijes, y por qué no sos vos quien se siente frente a elles y les decís que sos antiderechos, que negás la existencia de disidencias, que en tu mundo de unos y ceros discriminás un montón de seres humanos que se revelan ante la heteronormatividad.

Pasé dos días enteros sintiéndome incómoda, juzgada, silenciada y obligada a renunciar a mí misma  y en medio de ese poder que quisiste tener sobre mí, he abrazado la importancia de no silenciarme y pasando por mi cuerpo la sabiduría de entender que no soy yo la que está mal por creer en lo que creo y defenderlo.

Quitame a tus hijes, quitame tus saludos, quitame todo lo que querás, pero no me retés a callarme más,  porque mis palabras no dañan a nadie, vos querés que me calle y que deje de nombrar y de reivindicar, y cuando lo pienso me duele pensar en todas las voces que junto a la mía querés callar.

No me vendás tus discursos llenos de "peros",  lo tuyo no es amor, es manipulación.




8 de febrero de 2023

Gustos

A BVLD
Escandalosamente placentero


Gustos

Siempre que venís decís que te gusta mi apartamento. Nunca te lo he dicho, pero a mi apartamento también le gustás. Esto lo supe hace poco y porque fue muy evidente: vos entraste y de repente se sacudió el polvo, las cortinas te reverenciaron, las manchas de las ventanas corrieron hacia las esquinas, el pasillo que va hacia mi habitación se estremeció y mi cuarto, como por arte de magia, se expandió para que entraras cómodo, distraído y feliz.

No sé si lo notaste, pero un aroma a lavanda surgió de los espejos y las paredes ronroneaban a tu ritmo, nunca las había escuchado así. Nada volvió a ser igual desde que llegaste a mi aparta a beberte conmigo el placer.





20 de junio de 2020

Reivindicaciones

Vuelvo a encontrarte entre mis abrazos y se me ocurre que, a esta hora de la mañana en medio de una pandemia que renace como nuestros recuerdos entre miradas y caricias, al verte caminar por los pasillos de mi casa, puedo hablar de reivindicaciones. Quiero hablar de recuperar, por ejemplo, la risa al descubierto cada vez que reconozco en tus comentarios el gusto por la complicidad de recordar bonito; quiero abogar por los placeres de pronunciar tu nombre en medio de mis estremecimientos, de la ternura de tu mirada y de las formas de nombrarnos cuando nos besamos.

Se me antoja, también, defender mi gusto por escucharme en vos, de presagiar el sonido de mi piel en medio de tus caderas, de reconocerme extasiada y el deseo joven de besarte constantemente, de no querer dormir para no dejar de hablarte, de cansarme junto a vos y despertar con vos.

Quiero argumentar a favor de estas lágrimas que recorren inevitablemente mis mejillas, donde hace un rato estuvo tu barba, por la hermosura y la gratitud de permitirme estar feliz con vos, después de tanto tiempo, en medio de números, de rememorar lugares y momentos que nos sostuvieron después de 20 años.  En medio de una pandemia que nos reconecta, como si todo lo que hubo en medio, al final de cuentas nos devolvió a este mismo lugar en el que vos y yo sonreímos juntos abrazados.

"Sentir que es un soplo la vida, que veinte años no es nada, que febril la mirada errante en la sombra te busca y te nombra...".


22 de mayo de 2020

Suéñote

Hace un par de noches te soñé, hubo un beso y un intento fallido de volver a besar, pareciera que incluso en mis sueños sigo intentando convencerme de que con vos no va, no vamos pues, no nada, en fin. Hubo un espacio abierto en el que me trasladaba buscándote y vos a la distancia bailabas con otra y otra vez como cuando leo tu música, quise ser danza para vos, música, lírica y ritmo.

20 de octubre de 2019

Alrededor de vos

Esta es la primera vez que me atrevo a escribir de mi gusto alrededor de vos, que no es más que un fuerte impulso a decirte cuánto te pienso desde hace tiempo, que no es más que un espacio que he ido llenando de búsquedas y coincidencias para acercarme a vos, que no es más que lanzar al aire la moneda diez veces al día para decidirme a escribirte poesía, que no sería más que un par de ideas metaforizadas de la ilusión que me sucede cuando te imagino conmigo, que no sería más que el circular de tus rumbos hacia mi vida, que no es más que un brevísimo atreverme cada día a escribir de mi gusto alrededor de vos.


2 de junio de 2019

Diario de una búsqueda siniestra

El Salvador se me presentó al cabo de 60 minutos, en medio de una conversación madrugona e infinita, una tensión de más de 1 año y 783 mensajes de WhatsApp. De pronto, en medio de un sinfín de recuerdos -aún por escribir- ahí tenía frente a mis ojos 21041 kilómetros cuadrados a 23 horas/tierra de mi casa y a solo dos pasos de mi libertad.

Viajé a El Salvador con la esperanza de encontrarme con la izquierda, de comprender si mis luchas sin cuarteles, sin guerras ni toques de queda, sin golpes y sin cañones también eran revolucionarias. Si mi corazón a contragolpe merecía una consigna -con batucada o sin ella- y si mi piel podría asumir pactos de paz y amor.

Terminé descrubriéndome en un paisaje dolorosamente conocido, por suspiros decepcionada de no ser tanto como vos, de no tener mi izquierda tan roja como vos. Entonces traté de encontrar mi guía en medio de tus besos, de tus caricias panfletarias y de tus miradas esquivas y acuarteladas y fue como atravesar fuego cruzado y encontrarme del otro lado intacta -invisible-. Me dolió, entonces no ver en vos más que una revolución cansada y repetida y yo que quería caminar cerca de vos, terminé huyendo -cobarde-rota-deshecha-perdida- con una guerra en mi mente por entender que vos te me deshacías discursivo en medio de un Salvador que pudo haberme rescatado de no haber sido yo tan poca izquierda.

16 de mayo de 2019

El difícil arte de olvidar (parte 2)

A las huellas arenosas de tu maleta en mi cocina,
como una enorme playa tu venida

Dispersos los suspiros transitantes de alivios retrasados,
como un incansable aguacero tus pisadas

Volverme humo en las comisuras de tus labios,
como una hoguera sagrada tu cabeza en mi almohada

Cuanta dicha diluyéndose en el mate
cuánta alegría acurrucada de esperarte

Tantas verdades que recurren a galope cansadas
de ver las noches infinitas sin tu mirada
de crepitar obtuso este contrato para olvidarte