30 de diciembre de 2011

Primer encuentro

Ver a la gente de antes no deja de ser bueno, incluso en estos viajes de abandono.

Los reencuentros en estas tierras saben a libertad y a patria, la patria pequeñita que uno anda arrastrando en la mirada, en el abrazo de la esquina Duguelay, andador de Guadalupe, en las conversaciones que atraviezan el parque de Chiapa de Corzo hasta el cañón del Sumidero.

Es ahí en la imponente V que forman las montañas prehistóricas de Chiapas, donde la emoción se me lanza de golpe desde el mirador más alto, el mismo sitio desde donde hace más de 500 años, 15 mil indígenas de Chiapas se lanzaron para suicidarse antes de ser esclavizados por los españoles.

Ese es el cañon del pinche sumidero, pinche abismo, donde yo misma despeñé un par de recuerdos.

30 de noviembre de 2011

Igual

La misma cara y la misma suerte
las mismas ganas de siempre...
Mismo silencio a un mismo tiempo
el mismo humor y descontento
la misma tristeza y cansancio
acumulado y de la mano
a una misma esperanza
(Bunbury)

Que es casi igual,
sentarme a reír o ponerme a llorar
Casi igual, ahora, como antes
Parecido a lo de siempre
descascararme las cicatrices
o ponerme una coraza
casi tan siempre,
como hace tres meses
como hace muchas soledades.
Tan de rutina,
muy repetitivo
desenterrar el espejo
o espantarme la sombra
tan de esquinas a media tarde,
desplomarme en la segunda linea de mi testamento
tan de novenario y arbolito de navidad,
casi como incendiarme las mil memorias que no me caben
casi menos infinito,
tan de islas a medio naufragar,
casi huella, casi un rumbo
Parecido a antes,
ayer
o hace diez "pasado mañana"
Igual
sofocarme con papelitos-bodoques
o boquear con fotografías sepia
Tan similar a una noche aullada
a la última noche
a la noche que aún me debo, ayer
Tan discurso de fin de año
tan viernes negro descalificado
Casi igual
quedarme a distribuir mi pena
o dolerla en otra frontera

17 de noviembre de 2011

Policromía

Poco se sabe (Juan Gelman)

Yo no sabía que
no tenerte podía ser dulce como
nombrarte para que vengas aunque
no vengas y no haya sino
tu ausencia tan
dura como el golpe que
me di en la cara pensando en vos


A mí me hicieron con un pincel grueso, de noche, como deben suceder los grafittis prohibidos. Fui rara desde la concepción, un entramado de círculos y triángulos y una cruz "de cabeza", con pintura negra... hasta en eso irreverente.

Me extiendo cada noche sobre las hendijas sucias de la entrada a una librería, tengo frente a mí una parada de buses y una pared muy poco creativa saturada hasta el cansancio de papeles con invitaviones a bares y ofrecimientos de alquileres para estudiantes.

La gente se detiene frente a mí y fografía mis formas y se fotografía con mis formas. Mi tinta es indeleble, de miradas acobardadas, de espejos retrovisores, de despedidas de clases, de combos de hamburguesas con papas y una “pitufa”, de fiestas de cumpleaños, de insultos “cortavenas”, de miedos en braille... por eso nunca nadie se ha atrevido a desdibujarme.

´Pintada con celos y rabias, con ganas y deseos, con abandonos y acumulaciones, con dispersiones y renuncias, para recordar, para revolver, para “matizar”, para ser analizada, nací perversa, rebelde, separada, insomne.

Amanezco todos los días con un candado atado a mi último punto, con un ojo simulado a la izquierda de mi triángulo más grande y un corazón en forma de manzana en el centro de lo que podría ser un semicírculo, el que atravieza la cruz.

Yo soy a un lado de la calle, cómplice, espía, consultora, imaginación, lágrimas y sudores, lluvia con viento, el sonido más terrible de un temblor, acero, cerrado, sombra de luna, casi el final de la esquina, la miseria y la rebeldía, soy el rostro menos deforme.

Yo fui a dibujarme silenciosa, la noche que dejé de ser verso en tus poesías.

14 de noviembre de 2011

Me voy...

Naila, di porque me abandonas
Tonta, si bien sabes que te quiero
                                    Lila Downs

Me voy para quererlo más. Para ir a grafittear los amaneceres mexicanos con su nombre y mezcalear todas las madrugadas no más de tanto recordarlo.
Me voy huyendo pa'l norte, para no olvidarlo. Para recostarme a los nopales y contar los versos que le he escrito hasta el cansancio. Para hacerle un tótem chiapaneco y salir a adorarlo todas las noches.
Voy a perderme en las montañas para recordarlo, para buscar altares donde ofrendar estas ganas de usted, para inventarme un rito para que usted nunca se me acabe.
Me escapo, para ir a abrazarme a Quetzalcoatl como cuando me pegaba a sus muslos. A caminar por los tianguis y fotografiarme las manos, como si usted fuera agarrado de ellas.
Me voy lejos a buscar al Sub, a compartir con él este dolor de muelas.

6 de noviembre de 2011

Nos volveremos a ver, en el día de todos tus santos

... dando vueltas en una cama vacía y sucia
... sé que no vas a volver a ella jamás (TTM)
A Golfín “chivo”, porque me lo solicitó y ¿por qué no?
Agradecimientos:
Desde la Avenida, a Misterio por recordarme el rave de los Rollin Stones,
 A Yermein, a Tito y la ex de Moritz, al baterista de UFO, a Michael por la monedita, a Caliche y a “Chiricano”. A Ponchis, por la “experiencia de vida”
A los policías que pasaron un par de veces frente a mí, gracias por evitarme el mal rato de una “requiza”. A la gente de Montúfar por su disposición para “colarnos” en la fila, al tipo de la entrada por pedirme la cédula y hacerme sentir joven.
A Pablito Molina por acceder a fotografiarse conmigo, al chico de tequila negra por el ofrecimiento para amenizar el matrimonio que nunca tendré, a Giovany, a “Todos tus muertos” por complacerme con “Trece” y a los del slam por permitirme un par de empujones.
Ahora que está tan de moda eso de andar reviviendo muertos, de abrazarse a fantasmas del pasado, de retroceder en el tiempo y volver a los lugares donde hemos sido felices o donde quisimos serlo, pero no pudimos, ahora.
Entonces, es así como se celebra, acá, el Día de los Muertos, en un café latino con nombre “gringo”, con un desfile de recuerdos envejecidos, adormecidos, casi borrados, tan expuestos. Así es como una empieza a remolinear por una avenida que se parece a la Alianza china, a la finca en Paraíso, al polideportivo Monserrat, a un bar en Alajuelita, al “Rock Fest” en Tamarindo…

Más de diez años desfilando frente a nosotros, usted lo dijo la “old school”. ¿Que si hemos cambiado?, a veces mucho, para bien y para mal, había gente que no pude conocer ni reconocer… como aprender a corear, otra vez… “estamos viejos” me lo dijo usted, por eso tampoco me atreví a bailar, hasta en eso cambié.

De pie frente a diez años de distancia recogidos en el único par de zapatos que no coincidían con la escena, yo también, parecía que volvía.