19 de enero de 2015

"Activo"



A vos… este conglomerado de dudas en una banca esperando…

No serían más de 19 palabras organizadas perfectamente de manera que condensaran en dos párrafos quién era yo y qué quería de vos.

Debía asegurarme de que respondieras, lo que fuera, pero que no me dejaras frente a una pantalla en blanco.

Tenía que ser sincera, tan sincera como pocas veces en mi vida y no quería justificar mi verdad entregada así a vos, descarada, obscena insolente…  desnuda.

Quería ganarme una sonrisa tuya, un minuto para pensarme, sin cuestionarme, sin preguntarme, sin demorar tu respuesta.

Debía ser así, perdón la prisa, el resumen de un instante, la locura por la duda, las ganas desbordadas a un lado de tu computadora, el abuso, la entrada, el atrevimiento, la pregunta liberada…
No sería más que un deseo grafiteado en tu correo, una amalgama de “quisieras” y “podríamos” y de pronto se me resbaló de la punta de los dedos una confesión  “on line”.