25 de noviembre de 2012

Condena

El dolor era anterior al pensamiento
los orígenes perdidos del lamento
¿dónde están?
Nos salimos de la ruta
(Ella me dijo que no, Bunbury)
 
 
Me desarmaste, por eso no pude luchar por vos ni contra vos. Cuando volviste ya eras más fantasma que mis propios miedos, venías atravesado por un dolor de aurora, un viento polar de desesperos. Tu sitio fue entonces como un universo paralelo en donde yo nunca existí.  
 
Te convertiste en tu peor enemigo y me hiciste cómplice de semejante traición, ahora caminamos juntos hacia el cadalso de la soledad casi a punto de desvanecernos en un abismo que se abre cada vez que me nombrás. 
 
Siempre te vi desde mi lado solitario, más solitario con vos que soñabas siempre en otros lugares, que emigrabas tu pensamiento a otras épocas, que subestimabas mi cariño cada dos minutos, como no saber que vos y lo que trajiste contigo era solo un epigrama adormecido de lo que yo nunca volvería a ser para vos.



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